viernes, 26 de diciembre de 2008

Back in black

Bueno, bueno, bueeno. De vuelta a casa por Navidad. Resulta extraño porque no he estado fuera tanto tiempo como para que las cosas aquí me resulten muy distintas pero sí lo suficiente para ganar cierta perspectiva. Cambiar de vez en cuando es bueno, definitivamente.

Qué contar: finalmente fui a recoger mi finiquito, que aunque he pedido una excedencia a todos los efectos es como una baja voluntaria (no tengo paro y sólo 90 días de seguridad social, ¡yuju!). Fue muy agradable pasarse por la oficina y ver a mis antiguos compañeros y amigos. Sí, se pueden hacer amigos en consultoría, al menos en la mía. También me gustó la sensación de pasear por las mesas de los gerentes con las manos en los bosillos y mi atuendo de estudiante (zapatillas incluidas, HAHAHA).

Sin relación alguna con lo anterior (ejem), el otro día encontré una frase que me pareció curiosa:

Cuando al marino le dan a beber, es que le han jodido o le van a joder

Por el momento me llevo unos cuantos buenos recuerdos para Dublín: unas pocas charlas de cafetería a la antigua usanza, unas cañas al sol en la plaza de Olavide o simplemente el ver de nuevo a mis amigos de aquí y reirnos de las cosas de las que sólo nos reimos nosotros. Cosas que echar de menos.

Respecto a mi futuro laboral en Irlanda, ya he echado un par de CVs: en Havok (de nuevo) y en Google. No lo tengo fácil en ninguno de los dos sitios porque probablemente hay bastantes candidatos que cumplen mejor con el perfil que solicitan. Mi apuesta con los de Google ha sido enviarles una carta de presentación en plan sobradete, diciéndoles más a menos que, aunque con toda seguridad no soy técnicamente el mejor candidato, si son el tipo de empresa que yo espero me darán una oportunidad. A los americanos les encantan estas cosas, confunden arrogancia con seguridad (no sólo no me van a llamar si no que me van a vetar el uso del buscador para toda la vida, por tonto). Los de Havok ya me respondieron en su día con un sigue rascando y yo por tanto sigo.

Por lo demás nada interesante: asisto a las típicas reuniones familiares propias de estas fechas, veo las típicas películas navideñas, rompo el típico retrete con mi propio cuerpo, realizo las típicas compras navideñas...

Y eso es todo por el momento. No escribo más que siento precedente y luego me da pereza. Hablando con la gente me doy cuenta de que algunos incluso leen lo que escribo, lo que es el aburrimiento. Reconozco que yo soy igual cuando leo a otros y nunca pongo comentarios (¡malo, malo!), pero si os gratifica u os aburre esto siempre se agradecen los comentarios para saber si vale la pena seguir o mejor me dedico a tiempo completo a mi otra gran pasión: emparejar mis calcetines.

Un abrazo a todos

domingo, 14 de diciembre de 2008

Drop it like it's Hoff

Momento surrealista

Empiezo con uno de esos momentos surrealistas que suceden de vez en cuando. Adivinad dónde fue tomada esta foto:


La solución al final del post.

Navidad, blanca Navidad

La Navidad también llega a Dublín y con ella los adornos navideños, el vino caliente y los regalos. Normalmente me da muchísima pereza adornar la casa y este año no ha sido una excepción, sin embargo entre todos hemos conseguido crear una decoración que jamás hubiera imaginado posible en un piso de solteros. Este es nuestro árbol de Navidad a punto de despegar:

Como en cualquier otro lugar del primer mundo, las compras son el mágico elemento que da sentido a estas fechas. Estas son las luces de una de las principales calles comerciales, Grafton st:

La foto no le hace justicia porque se pierden los efectos de parpadeo de las luces, pero es precioso en directo.

Carreras de perros

Dentro del programa de actividades extraescolares de la escuela tocaba ir a las carreras de perros. Pérdida de tiempo y de dinero, como siempre que apuesto. Debería ser una buena señal según la conocida ecuación:

ganancias debidas al juego + número relaciones sentimentales satisfactorias = C

A menos, claro, que C tienda a cero, lo que no es descartable.


Glendalough

Es un bonito valle situado al sur de Dublin en el condado de Wicklow, lugar donde al parecer se rodaron muchos de los exteriores de Braveheart. Allí fuimos ni cortos ni perezosos los respresentantes franceses y españoles de mi hogar. El paseo resultó bonito porque había nevado el día anterior aunque el lugar es algo sombrío a estas alturas del año. Para que os hagáis una idea la foto de abajo fue tomada a las dos de la tarde con el cielo totalmente despejado:


De izquierda a derecha según aparecen tan felices y contentas: Dorothee, Marion y Elena. No os dejéis engañar por su apariencia inofensiva.

Cambridge Proficiency Examination

Al fin, después de las arduas noches en los pubs y las incontables pintas de Guinness tratando de adquirir el nivel de los nativos, llegó el momento de demostrar si tanto esfuerzo no había sido en vano. El examen de speaking fue unas semanas antes del resto y, aunque me puse bastante nervioso y no fue ni de cerca mi mejor actuación, creo que puedo estar por encima 60 % necesario para el aprobado. 

El 11/12 tuvo lugar el examen principal, que comprende reading, writting, use of english y listening. Contaba con reading y use of english como colchón, ya que en la escuela son los que mejor se me dan y temía writting porque el tiempo se me queda siempre demasiado corto. Finalmente en writting no puede terminar pero me faltó muy poco (espero que aprecien mi redacción sobre el Gigante Verde como el personaje más inspirador de mi vida) y aunque el resto de las pruebas fueron algo más difíciles de la media, confío en que aprobaré. La nota definitiva: a finales de Enero o principios de Febrero.

Disco Ball party

Con motivo del regreso a Francia de dos de mis compañeras de piso organizamos, como no, una fiesta con temática disco. Resultó muy divertida, con buen ambiente y sin problemas destacables. Como anécdota reseñable, me ví retado y finalmente envuelto en una guerra de bailes, un face to face contra un irlandés llamado Peter al que, tras un comienzo disputado, hice morder el polvo con el clásico movimiento del submarino, al parecer totalmente desconocido por estos lares. Después tuve que defender el título frente a una irlandesa y decidí ceder el puesto a las nuevas generaciones antes de perder la poca decencia que me quedaba.

Aquí aparecemos todos los compañeros de piso listos para arrasar la pista de baile:

Lástima que no se pueda apreciar mis pantalones de campana en la foto.

Y eso es todo, que no es poco. El próximo informe lo haré desde Madrid y de viva voz a quien quiera juntarse conmigo. Allí estaré del 17 de Diciembre al 5 de Enero.

Un abrazo a todos

Casi se me olvida, la solución al momento surrealista es.... ¡El Disco Taxi!